jueves, 22 de octubre de 2009

La identidad del soy

“Quien soy? Estoy tratando de averiguarlo”:Me inducía de lleno en aquello que mi pensamiento quedo estancado, y que hoy, tras un breve lapso de tranquilidad corporal, vuelva a querer transmitir tras varios sucesos recientes.Hay una canción que se pregunta si somos seres normales. Simplemente me pasa por la cabeza aquella interpretación que puedo brindar con cierto aire de revancha, para encontrar las palabras justas, esas que me sirvan de apoyo o sencillamente como un sostén para aguantar toda una camada de hechos reales. Una persona me pone a prueba y me pregunto una vez mas, si esto será… otra más, de las tantas que voy sorteando en este andar. No completo una frase sin volver el tiempo atrás y ahí, donde reposa algún que otro recuerdo lastimoso, encuentro unas vagas respuestas. El delirio intelectual parece no tener fin. Mi memoria es un regocijo de oportunidades bien abiertas y ahí trato los temas más actuales. Las ráfagas de sensaciones esta azotando la caballerosidad de mis ideas y como firme principio del fin, habla de la complejidad climática de mi entorno por no abrirme al dialogo. Seres y personajes que ahuyentan la movida extraña por la que en estos instantes circulan con total frecuencia. Imaginaciones posteriores de un signo que se las trae y la rotación de ideologías cabalgan y chocan entre si. Las discusiones suelen estar de más y los fundamentos se quedan cortos. Una doncella aparece en un instante y cambia todo mi panorama. La diversión cuenta las veces que me entretuvo y la ignorancia hace lo imposible para que la siga aferrando a mi cuerpo, mas exactamente en la mirada que solo pide silencio. Un silencio atroz y arrasador. Un silencio que se encarga de que el corazón se disponga a escucharlo. Y como si esto fuera poco aquella pregunta inicial de la búsqueda personal de quien soy, me termina por convencer de que somos en este planeta tierra algo momentáneo y por ende hay una prolongación por averiguar el sentido estricto de ese soy. Eso de momentáneo se lo debo a esa doncella que un día se me puso hablar diciendo cosas con una marcada delicadeza, como no podía ser de otra manera. Dije que se aparece y también debería afirmar que desaparece en un plazo corto de nuestro tiempo. Todo esta entre segundo y segundo y la intensidad se radica definitivamente en mi ser. Me entusiasmo con elementos preciosos que me presenta cada día, al que considero diferente y hoy solo vuelvo a hablar como es costumbre a través de una hoja de papel. Un escritor, un poeta, un rey (el de la pachanga), todo lo que suma las características de mi persona por la cual varias personas externas me ven y forman entre si una observación óptica de lo que realmente ven y tal vez sienten. Vuelvo otra vez al ruedo, mi equipo hoy volvió a ganar, la alegría se desborda conteniéndose solo en mostrar mi estado de animo mas feliz que de costumbre. Es una jornada triste porque se celebra algo que perjudico o daño allá en aquella época del descubrimiento de América y me pregunto si ellos, los indios americanos, después de la llegada de los europeos se preguntaron la misma pregunta que hoy me realice yo. Sabíamos antes lo que éramos y ahora que somos: esclavos?La libertad empieza por uno, pero resulta que es una lucha constante, porque hoy después de muchos siglos, seguimos intentando cambiar algunas cosas. Una nueva ley que se sanciona y los cuestionamientos pertinentes para embarrarla por demás. Estará todo asociado…relacionado. El pasado y el presente se juntan para armar el futuro. Ese futuro que tan solo son los días que no hemos estrenado aun. La libertad de expresión me adjudica una belleza interna. El descubrimiento me produce tristeza. Y seguimos averiguando quienes somos, a pesar de que ya estamos en el siglo veintiuno, a pesar de que la tecnología que implementa el hombre avanza y nos distancia más o nos acerca más a la individualización y nos aleja del contacto real entre sociedades. Definitivamente sigo conversando con el hombre que va conmigo

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